lunes, 28 de enero de 2013

LA PROACTIVIDAD

La proactividad es nuestra conducta basada en valores y principios productos de nuestras decisiones no de sus condiciones.
Las personas reactivas, por el contrario se ven influidas por los estímulos externos, sean físicos, sociales o psicológicos. Por  ambiente físico: Si el clima es soleado, se sienten a gusto. El trabajo de buena calidad, no depende de que haga buen tiempo o  no.
Por el ambiente social, cuando se las trata bien, se sienten bien, cuando no se las tratan bien se vuelven defensivas o autoprotectoras; construyen sus vidas emocionales entorno a la conducta de los otros.


TOMAR LA INICIATIVA
Nuestra naturaleza básica consiste en actuar, no en que se actué sobre nosotros, tomar la iniciativa no significa ser insistente, molesto o agresivo significa reconocer nuestra responsabilidad de hacer que las cosas sucedan.
ACTUE O DEJE QUE LOS DEMAS ACTUEN POR USTED
La diferencia entre las personas que toman la iniciativa y las que no lo hacen, equivale literalmente a la diferencia entre el día y la noche. Crear en nuestra vida el equilibrio de efectividad P (Producción)  / CP (Capacidad de Producir) requiere iniciativa en todos los casos. Es uno mismo quien tiene la responsabilidad de actuar, si espera que los demás actúen por usted, actuarán sobre usted y las consecuencias en cuanto al desarrollo y las oportunidades dependen de que siga una u otra ruta.
ESCUCHANDO NUESTRO LENGUAJE
Nuestro lenguaje por ejemplo es un indicador muy fiel del grado en que nos vemos como personas proactivas. Un serio problema del lenguaje reactivo es que se convierte en una profecía de autocumplimiento, refuerza el paradigma de que estamos determinados y genera pruebas en apoyo de esa creencia.
El lenguaje reactivo refuerza a paradigmas, culpa a fuerzas externas, a otras personas, a las circunstancias incluso a astros de su propia situación.
Las personas reactivas hablan de sentimientos; si los sentimientos controlan las acciones se debe a que hemos renunciado a nuestra responsabilidad y permitimos que los sentimientos nos gobiernen.
 Los tener y los ser
En la vida tenemos que aprender a distinguir si nuestros problemas consisten en “tener” y “ser”.
Tenemos por costumbre que nuestras preocupaciones están llenas de tener; si tuviera un buen jefe o si tuviera un hijo más obediente, etc. Y nuestras influencias están llenas de ser; tengo que ser mas tolerante, ser mas puntual, etc. Si queremos demostrar un cambio este tiene que ser de adentro hacia afuera, ya que el inicio del problema comienza por fuera y permitimos que este nos controle.
El ser proactivo implica que el cambio sea positivo; pensar positivamente, ser mas ingenioso, ser mas creativo, etc., ante los problemas que se nos presenten. Cuando deseamos que una situación mejore, tenemos que trabajar en nosotros en nuestro control personal, dejar de quejarnos y trabajar sobre nuestros defectos para así poder transmitir el cambio a las personas que nos rodean brindándoles un ejemplo de proactividad y cambien con nosotros.
La otra punta de palo
Nosotros somos libres de escoger las acciones que tomamos pero no medimos las consecuencias de ellos. Si actuamos bajo nuestros principios, las consecuencias son positivamente y si violamos nuestros principios las consecuencias son negativas. Nosotros elegimos que consecuencia tendremos y si es negativa esta consecuencia se convierte en una elección errónea donde tendremos un arrepentimiento. Las personas proactivas aprenden de los errores pasados ya que no se pueden borrar, a su vez los corrige y aprende de ellos convirtiendo el fracaso en éxito.
 Comprometerse y mantener los compromisos 
Los compromisos con nosotros mismos y los demás son la esencia de nuestra proactividad. Podemos hacer una promesa y mantenerla, establecer una meta y trabajar para alcanzarla. Al comprometernos y mantener nuestros compromisos no brinda autocontrol y poco a poco nuestro honor para ser mas importantes.
El test de los treinta días
Sthepehn nos plantea que durante treinta días nos comprometamos y mantengamos una promesa. Seamos personas que otorgamos soluciones, no ser parte del problema, ser luz y un modelo a seguir. Cuando cometamos un error hay que admitirlo, corregirlo y aprender de él, no culpar ni acusar. Tenemos que trabajar sobre uno mismo. Sobre el Ser.

No hay comentarios:

Publicar un comentario